Respuesta de MOVILH por denuncia de obispos abusadores

21 Marzo 2011

James Hamilton, señaló ayer en el programa Tolerancia Cero de Chilevisión que  ello ocurre “porque hay una gran cantidad de obispos y sacerdotes homosexuales, hipócritas y abusadores en la iglesia. No digo que todos, pero un buen porcentaje".

Equipo El Martutino >
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Al ser consultado sobre los abusos de menores cometidos por sacerdotes, el  querellante del Caso Karadima, James Hamilton, señaló ayer en el programa Tolerancia Cero de Chilevisión que  ello ocurre “porque hay una gran cantidad de obispos y sacerdotes homosexuales, hipócritas y abusadores en la iglesia. No digo que todos, pero un buen porcentaje".

            Frente a ello, el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) señala lo siguiente:  

            1.- Nuestra organización lamenta y repudia los brutales atropellos padecidos por el señor Hamilton y por cada una de las víctimas que han visto vulnerados sus derechos humanos en manos de algunos sacerdotes, con el silencio cómplice de sus superiores. Solidarizamos con cada una de las víctimas, con sus familias y esperamos que alcancen la justicia por la que tanto han luchado.

            2-  Sentimos también profunda admiración por quienes han tenido la valentía para denunciar los atropellos, tras años de sufrimiento, presiones, abusos de poder, intentos de silenciamiento y montajes destinados a desacreditar la verdad.

            La admiración en este plano por supuesto es extensiva al señor Hamilton, quien con conmovedores testimonios ha contribuido a que se avance a la justicia y a sacar a la luz hipocresías de quienes, usando sus propias  palabras, “han usado la moral para su propio beneficio”.

            3.-  Con la misma fuerza decimos que las causas de los abusos y de las hipocresías al interior de la Iglesia Católica no son responsabilidad de “sacerdotes homosexuales”, como tampoco de los “heterosexuales”.

            El abuso de menores, sean las víctimas de igual o distinto sexo al responsable de los atropellos, no se llama homosexualidad, heterosexualidad o bisexualidad, ni tampoco es consecuencia de una determinada orientación sexual.

            El abuso sexual de menores es un crimen, un delito, un acto indigno e inhumano que se llama pedofilia o estupro; según sea la edad, el desarrollo o la madurez de quien es dañado/a.  

            Hay  personas homosexuales, heterosexuales y bisexuales que cometen delitos y abusos de menores. Las hay en muchos lugares, incluida la Iglesia, pero la causa para delinquir o atropellar la dignidad de otros no es una determinada orientación sexual o identidad de género.

            4.-  Aunque todos los estudios científicos han demostrado que no hay relación entre orientación sexual y  abusos, la Alta Jerarquía de la Iglesia Católica se ha esmerado en hacer creer lo contrario con el objeto de  utilizar a lesbianas, gays, bisexuales y transexuales como chivos expiatorios de atroces abusos.

            Ello lo repudiamos enérgicamente porque estigmatiza a un sector social, da paso a discriminaciones de todo tipo y utiliza como cortina de humo la absurda idea de que uno de los mejores mecanismos de prevención  de los abusos en el futuro será la generación de “nuevas herramientas” para identificar a quienes son homosexuales antes de la ordenación sacerdotal.

            5.- Asociar a quienes se considera “sacerdotes  hipócritas y abusadores” con “curas homosexuales” es una apreciación lamentable, irresponsable e injusta, sin sustento en la realidad,  que daña la dignidad de quienes tienen una orientación sexual diversa, toda vez que  su forma de amar o desear es considerada como causa de comportamientos anti-éticos, en un caso, e ilegales, en el otro.       

            6- En este orden estimamos de gran relevancia que si el señor Hamilton quiso decir o explicar algo distinto a lo que explícitamente señaló (sacerdotes homosexuales, causa de los abusos), lo aclare, en especial porque su frase está siendo repetida en diversos espacios, públicos y privados, generando confusión y malestar en personas lesbianas, gays, bisexuales o transexuales, así como en los amigos/as y familiares de estos/as.

            7.- En cambio, si efectivamente para él la homosexualidad o los “sacerdotes homosexuales” son la causa de los abusos a menores de edad o de cualquier otra perversión al interior de la Iglesia Católica o en la sociedad, lo llamamos a educarse sobre las orientaciones sexuales y a distanciarse efectivamente de tan odioso prejuicio difundido por la Alta Jerarquía, pues con afirmaciones de ese tipo sólo se potencia la ignorancia y se daña la dignidad de quienes son distintos a la mayoría, lo cual repudiamos y, en este caso particular, lamentaremos especial y profundamente.