El 21 de abril del 2007, a los 62 años, Jorge Farías, el ruiseñor de los cerros de Valparaíso, dejó esta vida a causa de una cirrosis hepática. Según señala el portal MúsicaPopular.cl, su vida artística comenzó en los auditorios radiales en la década de 1950, cuando aun era un adolescente.

En 1964 comenzó a grabar canciones en varios singles, y en 1966 -en su tercer registro- incluyó “La joya del Pacífico”. A fines de la década se radicó en Santiago, y continuó presentándose dentro y fuera de Chile hasta avanzados los años ’80, alternando con espóradicas actuaciones en televisión. Luego, el Barrio Puerto de Valparaíso sería su destino. 

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Su historia no deja de ser peculiar. Es que en los alrededores de Plaza Echaurren, lugar donde era fecuente verlo y donde hoy se mantiene, a mal traer, una estatua en su nombre, cualquiera de los habitantes que polulan por ahí podría ser un Jorge Farías. Nadie se daría cuenta hasta que su voz de cantante hablara por él. Es que las personas que circulan por esta popular plaza y por la iglesia La Matriz son invisibles para la sociedad. Así como lo fue Farías en sus últimos años. 

Sin embargo, Valparaíso lo recuerda a 10 años de su partida. Hay un festival en su honor y una agrupación de boleristas que lo homenajean. Cuando se discute si se le cambia el nombre de la avenida Pedro Montt por Violeta Parra, ¿por qué no hacerlo con Jorge Farías? A veces es bueno recordar a las personas que son el fiel reflejo de una ciudad.

Acá te dejamos algunos videos para recordarlo