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Luego de que el Ministerio de Salud diera a conocer que la marraqueta no cumpliría con las exigencias debido a sus altos niveles de sodio, José Carreño, presidente de Indupan, declaró que el pan favorito de los chilenos estaba destinado a desaparecer: "Si disminuimos un 50%, la marraqueta perdería las características normales que tiene".

Tras estas declaraciones, el Subsecretario de Salud, Jaime Burrows, salió a defender el plan de reducción de sal que comenzó el 2009 y dijo que "eso lo dice un panadero, nosotros ayer nos comunicamos con los representantes de las asociaciones y todos respaldan (la iniciativa)". Este plan se desarrolló luego de que la Organización Mundial de la Salud estableciera que la cantidad adecuada por cada 100 gramos de pan es de 400 miligramos de sodio, lo que contrastaba con la realidad chilena el 2009, de 800 miligramos de sodio. 

Actualmente la cantidad de sodio que se maneja en las marraquetas es de 500 mg, algo no tan lejano de los parámetros establecidos por la OMS. El presidente de Fechipan, Nelson Olivares, aseguró que la marraqueta no pierde su sabor con la reducción de sodio.