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Por Isaac Alterman Carvallo

Ingeniero Electrónico

Dirigente vecinal

Integrante Mov. No + Abusos de Parquímetros

Hace pocas semanas atrás, enfrenté una querella por parte de dos concejales de Valparaíso por opiniones que escribí  en mi cuenta personal de Facebook, todas ellas, enmarcadas en la legítima crítica política a la que tiene derecho cualquier persona frente a una autoridad pública que decide por miles de porteños(as).

En la página 6 de El Mercurio de la edición del Sábado 13 de octubre de 2018, aparece una nota del periodista Paolo Navia que se titula “Concejales piden generar cambios al reglamento del Concejo ” en la que los concejales UDI Carlos Bannen y Luis Soto y el DC Marcelo Barraza (este último parte de los querellantes en mi contra) buscan por la vía administrativa, una serie de medidas para impedir la presión de  organizaciones sociales a la hora que se desarrollen instancias de discusión municipal, como son las sesiones del concejo municipal y el desarrollo de las comisiones de concejales.

El argumento para realizar esta insólita petición, se basa en lo acontecido en dos sesiones del concejo municipal realizadas este año, y que dieron que hablar por el acalorado ambiente: la votación de la modificación parcial del plano regulador de Valparaíso (Construcción en Altura), y el término de uno de los abusivos contratos de Parquímetros, esta última, ocurrida hace algunos días atrás.

Más allá de estas insólitas medidas que proponen al aire los concejales en cuestión, llama la atención cómo con total impunidad, y haciendo uso de sus envestiduras de concejales, traten a las organizaciones sociales de Valparaíso como “Barras Bravas”,  tomando en consideración además, que estos mismos concejales dieron paso con sus votaciones en el pasado,  a la mayoría de los abusos que fueron instaurados en la época del ex alcalde UDI Jorge Castro. (Pladeco, Plan director, Alza de parquímetros, legalización de casinos “populares”, licitación del Aseo,  terrazas de restaurantes en la calles, facilitación de permisos precarios del comercio ambulante, entre otros).

En ese tiempo las “Barras bravas” las llevaban ellos donde hasta con agresiones físicas en las tribunas intimidaban a  concejalas como Ruth Cáceres, Zuliana Araya y Paula Quintana, con el fin de que no pudieran expresar las distintas irregularidades e injusticias que se producían con las medidas que ellos aprobaban y eran lesivas para los(as) porteños(as). El episodio que mejor recuerdo, fue la sesión del concejo posterior a la acusación por notable abandono de deberes contra el alcalde Castro, y que fue presentada por las concejalas señaladas anteriormente, donde en el público había comercio ambulante, coordinadoras municipales, secretarias y secretarios de estos mismos concejales, que hoy buscan censurar la legítima expresión de los(as)  porteños(as) frente a los abusos que ellos mismos permitieron.

Más allá de todo lo anterior, y de la amplia tribuna que estos concejales tienen en El Mercurio (¿o les parece casual que este medio local no haya publicado nada de nuestra organización contra los abusos de parquímetros en estas últimas semanas?), lo expresado  y sucedido en ambas sesiones del concejo municipal (Plan regulador y Parquímetros), fueron una expresión mínima de justicia, que se merecen los porteños y las porteñas frente a las históricas prácticas de oscurantismo, intentos de censura, secretismo de comisiones, y la tan manoseada mala práctica de los CONSENSOS, que en el fondo busca seguir entregando patrimonio municipal mediante indemnizaciones,  a quienes han lucrado con lo público durante años en desmedro de la ciudad y sus habitantes.

Por favor concejales ¡Paren!, en ambas sesiones del concejo municipal y después de mucho tiempo ganó el pueblo porteño, no le teman a la crítica pública, abran los espacios, no retrocedamos en la democratización de la comuna, generemos un nuevo “Manual de Conducta” para ustedes ¿y por qué no?, un Diario Mural público donde aparezcan el resumen de  sus votaciones históricas en las decisiones que se han implementado en la comuna.