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La presidenta de la Fundación Superación de la Pobreza – SERVICIO PAÍS, Andrea Repetto, abrió la conversación. La economista participó del grupo convocado por el Colegio Médico para elaborar propuestas en materia económica y social para ir en apoyo de las familias debido a la pandemia, la que fue presentada a la Mesa Social Covid-19 en mayo pasado. “Espero que aprendamos lecciones, en particular sobre nuestras herramientas de protección social. Necesitamos una protección social que se construya desde la solidaridad y no la individualidad”, dijo.

En su exposición, Repetto se refirió a la inédita crisis sanitaria, la que ha tenido costos sociales, emocionales y económicos. Habló de lo difícil que es cumplir el confinamiento en condiciones desiguales: hacinamiento, precariedad laboral, o infraestructura para una educación a distancia.

También señaló que otra fractura social es la falta de confianza a las instituciones y autoridades para poder movilizarnos hacia objetivos comunes: “Colaborar en esta tarea conjunta de contener los contagios pasa por que la ciudadanía le tenga confianza a quienes le están pidiendo esos esfuerzos que son para todos”. 

Sin embargo, en estos tiempos de incertidumbre afirmó tener esperanza. “Hemos visto un conjunto muy amplio de la sociedad civil organizándose para apoyar a las comunidades (…) Chile se ha movilizado”. 

Marcelo Olivares, ingeniero comercial y coordinador académico del Magíster en Políticas Públicas de la Universidad Católica del Norte, apuntó a que la emergencia vino a cambiar nuestra vida diaria en un contexto de crisis climática y pérdida de biodiversidad. 

“La pandemia tiene su origen en la interacción del ser humano con la frontera natural”, añadió, y que en muchos casos la degradación ambiental genera pobreza, como el caso de la desertificación en la región de Coquimbo. Además, Olivares apuntó a que probablemente las crisis que vamos a enfrentar a futuro van a estar asociadas al medio ambiente. Y en esto Chile es particularmente vulnerable: incendios forestales, aluviones, sequía. 

Pamela Caro Molina, trabajadora social y directora del centro de investigación y estudio en Familia, Trabajo y Ciudadanía de la Universidad Santo Tomás, hizo una reflexión respecto de otras crisis que han ocurrido en los últimos 20 años en el país. Hoy, afirmó, en esta situación de confinamiento está en riesgo el modelo de producción y el modelo laboral.Dijo que con esta crisis queda reflejada una fragilidad estructural, es decir, “la precariedad como una forma estable de vida”: familias envejecidas, hacinamiento, situación de discapacidad, ruralidad. Pero enfatizó que la crisis también viene a reflejar un sentido colaborativo y colectivo en la forma de relacionarnos.