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Por Movimiento Valparaíso Ciudadano

Con el último episodio sobre la vivienda en cuarentena, el Movimiento Valparaíso Ciudadano MVC, culmina un ciclo de 11 capítulos temáticos de conversación centrados en los efectos y necesidades provocados por la pandemia por COVID-19 en Valparaíso. 

Un balance reflexivo, marcan el término de la campaña iniciada en abril, mediante la publicación de una carta abierta a las autoridades de la comuna, donde se hizo el llamado a desarrollar coordinaciones y colaboración por sobre intereses políticos, en solidaridad y por la protección de la salud de porteños y porteñas, ello junto al impulso e implementación de 17 medidas mínimas e indispensables para ayudar a mitigar esta emergencia compleja y expansiva en Valparaíso.

45 invitados e invitadas de relevancia local, incluyendo autoridades provinciales y regionales, dieron vida al espacio de sana conversación desarrollada en los encuentros de Valparaíso te Quiero Sano, abordando temáticas en torno a la pandemia COVID-19 que nos afecta. El quehacer comunitario territorial, la salud mental, los efectos laborales, las problemáticas de pymes y emprendimientos, las dificultades en la movilidad y el transporte, el aseo de la ciudad, el manejo de los espacios públicos, los aportes de la investigación y tecnología local, el papel de las comunicaciones y la vivienda en tiempos de cuarentena, fueron las áreas cubiertas por el ciclo que se caracterizó por la transversalidad de invitados e invitadas, sumado a un enfoque centrado en la salud y en lo social, que contó con propuestas y un sentido de ciudad con mirada de futuro post pandemia.

El Movimiento Valparaíso Ciudadano expresa que toda medida y propuesta no tendrían viabilidad si no son alimentadas por la propia experiencia de nuestoxs vecinos y vecinas porteños y por los actores principales de la política pública que quisieran escuchar y compartir alternativas de solución, se destaca a los 45 participantes del programa, que contó con la presencia de dirigentes vecinales, sindicales, gremiales, académicos, investigadores universitarios y autoridades dispuestas a dialogar.

Ya nadie puede ignorar que la pandemia no es sólo una crisis sanitaria sino, también, social, se la califica como un hecho social total, en el sentido de que convulsiona el conjunto de las relaciones sociales y conmociona a la totalidad de los actores, de las instituciones e incluso de nuestros propios valores, continúa la carta del Movimiento Valparaíso Ciudadano, incorporando la característica global de este fenómeno único en la historia de la humanidad. La lucha contra el virus en Chile parece haber sido víctima de los mismos factores que provocaron crisis en otros mercados emergentes y con un modelo económico liberal: pobreza, hacinamiento y una fuerza de trabajo masiva en la informalidad. Nuestra ciudad es un ejemplo de ello y lo es, también, el estado de deterioro y precarización ha dejado al descubierto en nuestro sistema de salud que, durante décadas, fue recortando sus servicios para gastar, ahora, en medidas desacertadas a causa de la pandemia.

A casi tres meses de su llamado de alerta y a la coordinación unificada por el pueblo porteño, MVC manifiesta en este balance su disconformidad con las autoridades de Valparaíso, llamando la atención sobre la inexistencia de un plan socio sanitario, donde no ha logrado llegar a tiempo y con oportunidad a las familias porteñas para enfrentar de mejor modo la cuarentena total que estamos viviendo.

En la evaluación se profundiza la mirada disconforme y crítica sobre el papel que han jugado en esta pandemia la Municipalidad, Gobernación, Intendencia y Gobierno, poniendo al descubierto sus incapacidades: «Valparaíso tiene 101.000 hogares, de ellos el 93.0%, según las fuentes oficiales está inscrito en el Registro Social de Hogares, base de datos que contiene información de las personas y hogares que han solicitado su incorporación para recibir algún tipo de ayuda, reflejando la realidad socioeconómica de nuestras familias. La pobreza, esa a la que se empecinan en esconder, aparece justo ahí, en el llamado Tramo 1, con  57.000 hogares en el 40%, lo que significa que cerca del 60% de nuestra ciudad está  encajonada, casi sin movimiento, puesta en una de las situaciones más difíciles de pobreza que tendremos que enfrentar los próximos meses y años entre todxs los bien nacidxs con unidad.  Y es que así de encajonados están también nuestras autoridades locales, regionales y nacionales, de todos los tonos políticos, si es que hay tonos posibles de distinguir en una situación como la que estamos viviendo, donde poco se escucha sobre el tema de la pobreza, vulnerabilidad y precarización de nuestro Puerto. Mal papel han cumplido nuestras autoridades en esta materia en el ámbito de la gestión, de las políticas de emergencia y de la política misma.»

Se destaca el trabajo comunitario solidario de los vecinos y las vecinas: «Hoy el debate se juega justamente en esa capacidad de reinterpretarse de cara a las organizaciones territoriales, funcionales y de interés público, que se han ido constituyendo en una masa crítica densa en Valparaíso. Organizaciones de todo tipo que día  a día realizan un aporte significativo al desarrollo de nuestra ciudad, una imagen que anuncia que el poder de los vecinos vuelve a aparecer con fuerza, actuando más allá del barrio, en el desarrollo urbano, en la ciudad y empujando su participación en la toma de decisiones. Ojalá que la  crisis de nuestras ciudades, por motivos políticos, culturales, sociales, económicos e incluso, ahora, sanitarios, nos lleven a repensar ese  trabajo y, como consecuencia, el desarrollo de un mejor vivir centrado en nuestros derechos sociales básicos».

Se destaca el quehacer y actitud de la llamada primera línea de la salud en la defensa de nuestra población frente al COVID-19: quisiéramos dedicar unas palabras a todas las personas que han trabajado durante estos 105 días combatiendo este virus en la atención primaria de salud (APS), pues ellos y ellas han constituido el corazón y cabeza de la atención sanitaria para nuestros vecinos y vecinas, con una escasez crónica de recursos que, pese a ello, han logrado reconstruir de manera autogestionada, un sistema sanitario y social para la emergencia en Valparaíso.