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Víctor Jara y su novedosa manera de componer en la guitarra, sus entrevistas con grandes apreciaciones de la actualidad y su innegable apego al pueblo. Son muchas las cosas positivas que este músico-cantautor logró hacer en el tiempo, creando himnos de protesta que hasta el día de hoy son escuchados -no solo en Chile- sino alrededor del mundo. Creo que quedan pocas palabras que agregar al enorme aporte cultural, sea en la música como en el teatro, que el gran Víctor nos dejó.

No debería ser sorpresa que lo que haga este gobierno de Sebastián Piñera - a 1 mes del plebiscito- sea desproporcionado y hasta ilógico. La campaña del Apruebo ha estado llenando las redes sociales con ilustraciones, apoyo de varios artistas musicales, de actores de gran respeto en el país y también de creatividad (sea del gusto masivo o no). Lo que pasa de un lado llama la atención, y ocurrió también durante la campaña del Sí para el 88, y es que la derecha de este país está tan desconectada de la juventud, barriendo siempre con la cultura en todo sentido, que al momento de querer buscar llamar la atención, simplemente nada les nace, simplemente se lo apropian.

El diputado Javier Macaya dice con una convicción conveniente que “El derecho de vivir en paz no debería ser propiedad de algún sector político”. La canción hace alusión y homenajea al líder comunista Ho Chi Minh, quién estuvo batallando las invasiones norteamericanas durante la despiada Guerra de Vietnam. Más allá del origen, esos acordes melancólicos y la afligida voz de Jara logran que el significado transcienda. Las marchas desde octubre amplificaban la moción con la canción, los cacerolazos post toque de queda retumbaban en todos los balcones y hogares del país, y es que la consigna es directa, pero ellos nunca la entenderán. ¿La razón? Sencilla, desde su grupo la ideología pinochetista está más viva que nunca, y por más que algunos sientan que pasarse a ser “social demócrata” es una movida perfecta, simplemente deja en claro la falta de conexión que tienen con las reales necesidades de Chile.

“Que el pueblo juzgue” escriben desde la Fundación Víctor Jara, y eso es lo que ha ocurrido efectivamente, pues la historia está manchada por el macabro asesinato del músico, y el video de la UDI con su frase ha permitido que la gente misma haga bromas al respecto. 

Da pena y rabia el uso de este verso potente, pero lo que es verdad, es que la música de Jara sigue sonando fuerte y recordándonos que olvidar es el peor cáncer para una sociedad que ha vivido amedrantada por el abuso de poder. Pero eso ya no va más, y es bonito ver que su imagen sigue siendo un referente nacional y mundial. Sigamos escuchando con fuerza el “Manifiesto”, también no olvidemos a las poblaciones con “Luchín” y que nuestro derecho por vivir dignos está ad portas.

Que este plebiscito, que Víctor lo más posible apoyaría con efervescencia, logre el sueño de mejorar todo a nuestro alrededor.