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Nuevamente el alcalde no se presentó a la sesión de este jueves, por lo que durante todo noviembre sólo estuvo presente media sesión de las tres de este mes, aunque su récord siguen siendo las cuatro ausencias consecutivas del año pasado.

La administradora anuncio que el Gobierno regional acaba de enviar una propuesta para los ascensores, por lo que se suspendería la lectura del acta de la comisión de régimen interno (aunque más bien pareciera que la concejala Alicia Zúñiga quedaría demasiada exhausta leyendo su acta y también la de la concejala Zuliana Araya, a quien debe leerle semanalmente la de Régimen Interno) y citarían a una reunión de la comisión para el lunes y a una sesión extraordinaria del concejo para el martes para tratar, exclusivamente, el tema de los ascensores, y el Director Jurídico aprovechó de incluir la propuesta de arriendo de los terrenos del colapsado aparcadero municipal.

Hubo unas lecturas de comisiones sin mayor trascendencia y en el turno de la comisión de Salud, a cargo de la concejala Gilda Llorente, la reemplazante del Director de Salud de la Cormuval ( quien ha estado ausente durante dos meses mientras estaba en su fallida campaña al parlamento pero siguió recibiendo su sueldo) expuso sobre el Plan de Salud, destacando que han nacido pocas guagüitas y que la red de atención primaria es hermosísima y perfecta. Por unanimidad se aprobó el Plan de Salud Comunal 2022-2024.

La parte más productiva en cuanto a anuncios ocurrió en el turno de la cuenta comisión de Patrimonio a cargo del concejal Daniel Morales: la asesora patrimonial Macarena Carroza, quien alguna vez fue cuestionada por aparecer junto a varios operadores políticos recibiendo más de 450 millones de pesos en programas fantasmas del Pladeco, anunció que la nueva figura administradora del sitio patrimonial, en vez de la Municipalidad de Valparaíso será… una nueva corporación municipal, aunque esta vez contará con participación pública y privada, y funcionará en el Museo Lord Cochrane.

La nota grotesca la puso Claudia Ulloa, que no sabemos si es directora o encargada de Gestión Patrimonial ya que explicó confusamente un cambio en el organigrama municipal en que la Dirección de Gestión Patrimonial pasa a ser parte de la Dirección de Desarrollo Económico, lo que sería una dirección dentro de otra dirección, y luego contradijo todo lo dicho previamente al afirmar que su interés no está en la protección del sitio ni los edificios patrimoniales, sino que de las personas y terminó su errática y pendenciera performance intentando iniciar una rencilla con una consejera presente… algo que en cierta manera explica la denuncia colectiva por parte de todos los funcionarios de la dirección de Cultura en la cual se desempeñaba anteriormente, lo que inició un dilatado sumario en su contra que obligó al alcalde a trasladarla preventivamente a la dirección de Patrimonio.

En la misma comisión se informó que el galpón forrado con paneles que se está construyendo en la incendiada esquina de Edwards con Independencia no cuenta con autorizaciones municipales ni del Minvu, por lo que se le han cursado varias multas que no ha cumplido; que el destruido edificio del Bar Inglés será adquirido por un porteño anónimo para restaurarlo; y que el Monumento a la Solidaridad o Lulo de Cobre, incendiado en febrero del año pasado, será demolido y sus restos vendidos como chatarra a beneficio de los bomberos, por lo que el monumento al Rollo de Confort de la Ruta 68 perdería sentido sin el monumento al lulo que lo complementaba.

Finalmente, los únicos dos proyectos patrimoniales que se han postulado y adjudicado en estos años han sido la nueva estatua de Jorge Negro Farías de plaza Echaurren, que sería inaugurada en tres días más; y una memoria sobre el oficio de los maquinistas de los ascensores. Repito: los únicos dos proyectos patrimoniales en cinco años de gestión.